"El socialismo más que una teoría histórica, una hipótesis económica y una doctrina política, es un modo de sentir, pensar y obrar que vigoriza y embellece la vida de los individuos como la de los pueblos" Juan B.Justo

sábado, 25 de septiembre de 2010

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA TRATA DE PERSONAS


Se conmemora por la sanción en Argentina en 1913 de la Ley Palacios, pionera en la región en la protección de las víctimas de la explotación sexual y penalización de sus responsables.

La Ley Palacios, sancionada en 1913, constituyó un hito de reconocimiento mundial: fue la primera normativa en todo el continente americano destinado a proteger a las víctimas de la explotación sexual, combatiendo el flagelo y penalizando a los responsables. El autor y propulsor fue el Dr. Alfredo Palacios, primer diputado nacional socialista de América Latina, quien a comienzos de siglo XX buscó acabar con la trata de mujeres en prostíbulos locales.

Hoy, casi 100 años después, la Argentina cuenta con la Ley 26.364 -sancionada en 2008- que, retomando el espíritu protector de su predecesora, adecua las medidas destinadas a prevenir y sancionar la trata de personas, asistir y proteger a sus víctimas al contexto actual en donde, lamentablemente, todavía constituye un delito de preocupación mundial.

El Ministerio de Justicia de la Nación es el organismo encargado de instrumentar la ley actual y garantizar su cumplimiento a través del “Programa: Las víctimas contra la violencia”. Desde su sanción en abril del año pasado, se han rescatado 390 víctimas.

La historia de la Ley Palacios
En 1913, con un contexto internacional convulsionado que se encaminaba a la Primera Guerra Mundial, en la Argentina, y en Buenos Aires principalmente, la práctica de la prostitución estaba muy extendida y en manos de verdaderas mafias que no sólo manejaban un negocio ilegal sino que también esclavizaba a mujeres y las sometía a condiciones de vida y trabajo inhumanas.

El antiguo Reglamento de Prostíbulos de Buenos Aires, de 1875, supuestamente prohibía el trabajo en prostíbulos a mujeres menores de 18 años, “salvo que se hubieren entregado a la prostitución con anterioridad". Obviamente esta norma no era cumplida aunque fuera violatoria de derechos humanos básicos.

En ese marco el joven diputado socialista Alfredo Palacios propuso una reforma legal al Código Penal para reprimir la rufianería con toda dureza. El debate en la Cámara de Diputados se llevó a cabo el 17 de septiembre de 1913. El proyecto de Palacios contemplaba entre 3 y 10 años de cárcel para quien promoviese o facilitase la corrupción o prostitución de mujeres –mayores y menores de edad-; la consideración de coautores sujetos a penas de los dueños de los prostíbulos; y las fuerzas de seguridad debían estar disponibles para el control y penalización del tráfico de mujeres, ya sea por argentinos o extranjeros.

Gracias al ímpetu de Palacios, la sanción de esta norma de avanzada para la época ubicó a la Argentina en un lugar de vanguardia en cuanto a la defensa de los derechos humano y en especial de los derechos de las víctimas de delitos sexuales y esclavitud.

Alfredo Palacios
Oriundo del barrio de La Boca, en la Ciudad de Buenos Aires, tuvo que enfrentar una infancia dura que, sin embargo, no le impidió completar sus estudios primarios y secundarios. En 1900 recibió el título de Doctor en Jurisprudencia de la Universidad de Buenos Aires, con una tesis relativa al tema “Quiebras” que presentó después que su primera tesis denominada “La Miseria” - en la que ya se encontraban contenidos muchos de los ejes que terminarían guiando su labor intelectual y parlamentaria - fuera rechazada por los conservadores profesores de esa Casa de Estudios por contravenir la “Ordenanza General Universitaria”.

En 1901 se afilió al Partido Socialista. Al año siguiente fue electo representante en la Legislatura de Buenos Aires. El 13 de marzo de 1904, con tan sólo 25 años de edad, fue elegido por la circunscripción de los barrios obreros de La Boca-Barracas, y a través del sistema uninominal, como el primer Diputado Socialista de América Latina.

Desde entonces, aportaría a la historia latinoamericana su fervorosa lucha por una sociedad más justa centrada en los derechos del pueblo trabajador como base social para la construcción de un proyecto político y asumiría un rol preponderante en la historia del parlamentarismo argentino.

Su labor como Diputado estuvo signada por proyectos destinados a obtener mejoras sociales para el pueblo, en especial para las mujeres, los ancianos y los niños, promoviendo la sanción de las primeras leyes de protección laboral dictadas en el país: la Ley de Descanso Dominical y la Reglamentación del Trabajo de Mujeres y Niños. Se pronunció contra la Ley de Residencia, creó el Departamento Nacional del Trabajo en 1907 y modificó el reglamento de prostíbulos de Buenos Aires. En 1913 se dictó la Ley Palacios contra la explotación sexual.

Falleció el 20 de abril de 1965 a los 87 años de edad. En 1999 recibió el premio Parlamentario al Legislador del siglo.

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